Comunicación abierta:
La comunicación hoy en día también sirve para definir la calidad de nuestra vida. Es como una especie de medidor que nos permite saber que tan felices y satisfechos vivimos. La comunicación con la pareja es el vehículo sobre el cual podemos entendernos con nuestra pareja.
La mejor manera de alimentar cualquier relación es a través de la comunicación efectiva, que es la forma de tener una relación sana porque nos permite conocer a la otra persona. A través de la comunicación conocemos a las personas por lo que toma una importancia primordial en cualquier relación el poder establecer un buen vehículo de comunicación claro y abierto, no podemos amar lo que no conocemos.
Además es importante comunicarnos para que nuestra pareja sepa lo que nos gusta, lo que pensamos, lo que sentimos, lo que necesitamos o esperamos de la vida y con esto, nuestra pareja podrá tener un mayor conocimiento en general de nosotros y podrá entendernos y ayudarnos cuando así lo necesitemos.
La comunicación tiene una parte verbal (palabras) y una parte no verbal (la mirada, los gestos, la sonrisa, el gesto, el tono de la voz, los ademanes que acompañan a las palabras, etc). El lenguaje no verbal, en la mayoría de las ocasiones, es más expresivo y cercano que las propias palabras, ya que las intenciones de las palabras se acompañan por estos factores y por lo tanto las palabras toman un sentido muchas veces totalmente opuesto a lo que dice solo el significado de las mismas.
La comunicación efectiva requiere del dialogo para llegar al entendimiento. El diálogo es la conversación entre dos o más personas en la que todas ellas alternan en el uso de la palabra, nos permite intercambiar ideas, sentimientos y opiniones, profundizan en el conocimiento de las vidas de otras personas para poder logran un mayor acercamiento.
Por tanto es necesario mantener una disposición abierta al diálogo en la pareja, entre otras cosas, ya con él mostramos interés y preocupación por las cosas, ideas, sentimientos, intenciones, necesidades, etc., de nuestra pareja. Mantener una relación de pareja requiere conversaciones entretenidas, profundas, interesantes, hablando con entusiasmo y también se requiere darle espacio para hablar de las pequeñas cosas que acontecen a diario con la certeza de que a la otra persona le interesa. No hay nada más destructivo para una relación que la falta de conocimiento del uno para con el otro y esto se debe en mucho por la falta de conversación.
Tenemos que comunicar lo que sentimos, el dialogo en la pareja nos da la oportunidad de que ambas personas puedan escuchar y ser escuchados. Aunque nos cueste expresar lo que pensamos y sentimos, el error más grave es creer que nuestra pareja debe saber lo que queremos. Tenemos que encontrar la forma de hacer conocer a nuestra pareja lo que pensamos, de lo contrario no podremos llegar a una relación estrecha y sólida.
En la pareja tenemos que comunicar los sentimientos tanto positivos como negativos, para lo que hay que tener cuidado con la comunicación no verbal y con el momento, recordemos que eso puede cambiar de manera importante el mensaje que se quiere dar. Hay que expresar lo que realmente sentimos, aun siendo sentimientos negativos o no agradables, para poder buscar soluciones y por lo tanto cuidar las formas es sumamente importante.
Los gritos, las malas palabras, los insultos, las descalificaciones, las humillaciones, los gestos de desagrado, etc., son las razones por las cuales la comunicación se vuelve ineficaz y solo se llega a empeorar las cosas entre la pareja. Para lograr una comunicación efectiva no podemos dejarnos llevar por el enojo, la ira y el descontrol de las emociones. Ya que en estas condiciones solo podemos transmitir lo negativo y jamás llegaremos a un entendimiento. En esos momentos es mejor tranquilizarse antes de intentar dialogar para buscar una solución.
Debemos considerar que la mayoría de los problemas que tienen las parejas están relacionados con la comunicación, ya sea por no tenerla o por no comunicar de forma adecuada. La falta de comunicación es uno de los problemas que pueden surgir en las parejas y que incluso pueden llegar a destruirla. Incluso en la sociedad estresante en la que vivimos no impide tener una buena comunicación. Es importante luchar para mantener una buena intimidad en la pareja donde fluya la comunicación y se puede haber dialogo sin interrupciones ni ataduras.
El sobre entendido es la tumba del entendimiento de la pareja, no debemos pensar que nuestra pareja sabe y conoce todo lo que necesitamos y sentimos sin que lo hayamos comunicado. No hay que esperar que nuestra pareja adivine, si no que hay que decirle lo que esperanos o deseamos. Aunque pensemos que podría saberlo por la comunicación no verbal, puede no haber reconocido los mensajes que no hemos comunicado claramente, por ello es nuestra responsabilidad comunicarlo. Que nuestra pareja nos diga o que nosostros digamos no significa que se vaya a hacer, ya que somos personas diferentes, con distinta educación, valores, principios, pero con el diálogo se podrán aclarar las cosas y podremos saber que esperar y que esperan de nosotros, así que siempre la pareja sale ganando con la comunicación.
La falta de tiempo es uno de los grandes enemigos de la comunicación, por ello es necesario que la pareja tenga espacios y tiempos para el dialogo. Al igual que planificamos las fiestas familiares, los pagos de los servicios de la casa, ir al supermercado y otras muchas cosas, es igual de importante planificar espacios y tiempos para la comunicación, que deben ser muy claros y definidos. Si no contamos con tiempo para el diálogo en pareja la relación se enfriará y surgirá un distanciamiento.
Habilidades de comunicación: Para poder llevar a cabo una comunicación efectiva hay algunas habilidades que podemos usar, las más comúnmente citadas y usadas por terapeutas conductuales y de pareja son las que describimos a continuación.
Escucha No-Defensiva (Gottman, 1994). Con ella escuchamos con empatía, que es es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir y también es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra. Intentamos escuchar entendiendo que es normal que la otra persona pueda haber entendido lo que decimos de forma diferente. Va unida a la regla de no interrumpir utilizada por muchos terapeutas y ayuda al respeto de lo que la otra persona percibe sin tratar de desvirtuarlo para defendernos.
Escucha Activa (Gottman 1994). Englobamos aquí varias técnicas de comunicación efectiva y que implican transmitir activamente a la otra persona que estamos escuchando con atención y esforzándonos por comprender sus ideas sin cambiarlas, indicando que tenemos una postura de escucha no-defensiva. Las más populares son el asentir, mover la cabeza, mirar a la otra persona a los ojos, inclinar la cabeza hacia un lado, y en general todas las señales que le indiquen a la otra persona que estamos escuchando con atención. Podemos añadir pausas y resumir lo que acabamos de escuchar para comprobar que se está recibiendo el mensaje correctamente. Por supuesto no vamos a descalificar lo que escuchamos, si no que lo validamos como la experiencia subjetiva de su interlocutor, lo que no implica que estemos de acuerdo.
Apertura y transparencia personal compasiva. La “buena” comunicación en las parejas exige un grado de apertura y revelación de los propios sentimientos y pensamientos hacia el compañero o la compañera. Hay distintos autores que discrepan sobre el grado de apertura, pero quizás sea mejor que este grado sea algo que la pareja debe determinar mediante acuerdo. Según Fowers (1998) un resumen de las diferentes ideas que muchos autores han tocado a este respecto sería:
- La apertura o transparencia no debe usarse como excusa para dañar a la otra persona. Hay que intentar abrir los sentimientos, pensamientos y deseos pero procurando expresarlos de manera que tenga el menos efecto negativo posible en nuestra pareja. Según la llamada “relationship enhancement” (Fowers, 1998) hay que buscar entrenar a la pareja en este aspecto de poder escuchar y abrir sentimientos con los recursos de apoyo, escucha, empatía, etc. necesarios para no generar o permitir la aparición de mecanismos defensivos en el intercambio.
- La apertura es base de tres aspectos importantes de la relación (Fowers, 1998). Primero para la creación de intimidad, segundo permite que los sentimientos que tenemos por nuestra pareja y viceversa se mantengan y tercero es la manera en que la pareja se puede coordinar para satisfacer los deseos y necesidades que ambas personas experimentan y que deben coordinarse mutuamente.
Esta comunicación permite a la pareja conocerse más a fondo pues el poder abrirse totalmente con alguien es una de las necesidades y deseos que buscamos que la pareja solucione. Cabe aclarar que lo ideal para quienes integran una relación es que vayan creando mayor apertura poco a poco. Así mismo permite a la pareja hablar sobre su relación y poder pedir a la otra persona que cambie, o por lo menos intente cambiar, conductas que nos hacen sentir mal, intentando expresarno de la forma más específica posible y evitando quejas generalizadas.
Para evitar los conflictos se recomienda la edición (Gottman, Notarius y Markman, 1976 citado en Fowers, 1998). Con ella se refieren a la habilidad que tiene que desarrollarse para decidir que es lo no importante a revelar en una conversación que pudiera resultar ofensivo o dañino para la otra persona. Incluye buscar la manera más agradable de presentar las cosas que se quieren comunicar. Es lo que llamamos compasión al hablar de la apertura y, por tanto, el equilibrio lo debe decidir la pareja.
Por ejemplo, un error muy común al comunicarnos con nuestra pareja, es el uso de expresiones como nunca, siempre, jamás. No suele ser cierto que nuestra pareja nunca haga tal o cual cosa que pensamos que debería hacer o que deseamos que haga. Al expresarlo de esa manera, nuestra pareja se puede sentir dolido/a y seguramente lo que logremos sea dificultar la solución del problema. Utilizar expresiones como a veces o en ocasiones puede ayudar.
Ante un dialogo donde se debaten aspectos de la convivencia o de la relación debemos entender que hay que llegar a una conclusión con un nuevo orden establecido por ambas partes. Debemos conceder lo que creamos justo y pedir lo mismo. Un acuerdo siempre viene con un esfuerzo sincero de ambas partes que deben quedar satisfechas. De hecho, si podemos llegar a acuerdos en las cosas en las que previamente no los había la pareja sale reforzada, si no se puede lograr se enquista el desacuerdo y puede llegar a ser un problema en la pareja. Si se llega a decir cosas hirientes por cada parte se debe dar una disculpa y un perdón. Debemos aprender a aceptar las disculpas de nuestra pareja y a ofrecer las propias para que el amor mutuo no se vea afectado.
Aunque puede parecer obvio lo que hemos expuesto, es posible que mucho de lo que consideramos en las técnicas arriba comentadas y sus consecuencias (como la creación de la intimidad, o el grado de apertura adecuado entre la pareja) puede estar modificado por tradiciones, ideas y construcciones sociales. Por ello no debemos olvidar que nuestra visión siempre es relativa según la realidad social en la que vivimos y requiere un esfuerzo trabajar para que la comunicación sea abierta.
En resumen, lo importante es mantener un buen ambiente, dialogando con nuestra pareja y evitando los agravios o las desconsideraciones. No temamos los desencuentros, más bien intentemos utilizarlos para fortalecer la relación. Utilizar unas buenas habilidades de comunicación nos sacarán de muchos problemas. Y puestos a eliminar prácticas perjudiciales, empecemos con la culpa. En vez de perder el tiempo, y seguramente dificultar la solución, buscando quién ha sido culpable, pensemos que podemos tener al menos parte de culpa y que es mejor buscar la solución.