martes, 24 de diciembre de 2013

Pareja Igualitaria 3 (parte 5 Decisiones financieras)

Decisiones financieras:

Tomar las decisiones financieras juntos, intentando que ambos sean beneficiados o compartan el beneficio, aquí dejamos algunos consejos que pueden ser útiles a la hora de planear dichas decisiones de forma sana en una pareja igualitaria.

Sacar a la luz los problemas monetarios no es la charla más romántica antes de dormir, pero un poco de planeación financiera puede darle mucho a tu vida amorosa a largo plazo. Estos son algunos consejos que te ayudarán a tomar decisiones inteligentes con el corazón.

En el principio de la pareja es bueno conocer la situación financiera de cada persona. Aunque parezca muy frío, evita problemas de futuro y siempre puede servir para ayudarse mutuamente a tomar decisiones mejores. Una buena relación es en la que ambas partes se ayudan para tomar los mejores caminos para llegar al fin deseado.

Hay que buscar un punto medio a la hora de elegir, la pareja tiene que ser beneficiada de forma parecida, si no igual. Como dijimos anteriormente, el apoyo mutuo fortalece la pareja y en la economía también es válida la premisa.

En la economía también somos iguales como pareja, no importando quién gana más dinero, cada cual aporta lo que puede al igual que en el resto de la relación. Es una decisión a tomar por la pareja en que medida se aporta y como se reparte, como hemos indicado anteriormente en otros aspectos, pero siempre desde la igualdad y el respeto mutuo.

No está mal escribirlo, aunque nos parezca poco romántico, una separación de bienes puede proteger la pareja en caso de una mala decisión financiera. No redundaremos en el beneficio en caso de ruptura de la pareja, porque está claro y no es objeto de este libro. 

Lo más aconsejable es tener tres cuentas, una para cada persona y otra conjunta, de forma que en esta última se ingrese los gastos que se determinen hay en la vida en común, como son alquiler o hipoteca, alimentos, combustible de vehículos, seguros, luz, agua, etc. Una vez calculado ese gasto, ambas personas ingresarán cada mes la parte proporcional que les toca según la proporción de sus ingresos respecto al total de la pareja. Por ejemplo, si una persona gana 1200 y su pareja 800, la primera tendrá que aportar el 60% del gasto común y la segunda el 40%. El resto queda en la cuenta de cada cuál para que gaste según vea.

No se debe dejar que una sola persona tome todas las decisiones, aunque haga un gran trabajo en ello, porque siempre será necesario que ambas personas conozcan las finanzas de la pareja. Esto es necesario tanto por circunstancias inesperadas por las que quede todo en mano de una de las dos temporalmente, como por el desarrollo personal de ambas. 

La educación tradicional, esa que le dice a las mujeres "cásate y se sumisa" y a los hombres "cásate y da la vida por ella", hacía que las mujeres no entraran a tomar parte en las decisiones económicas, al fin y al cabo eso era "cosa de hombres", lo que producía un primer efecto, que además buscaban, la dependencia total de la mujer. Además, con esa falta de conocimiento y dado que la mujer suele tener una esperanza de vida mayor, al enviudar los problemas se multiplicaban. Es difícil cambiar mentalidades obsoletas, pero no lo es tanto no caer en sus enseñanzas, os lo dejamos a vuestro criterio.

jueves, 19 de diciembre de 2013

3 Pareja Igualitaria (parte 4 Seguridad y Apoyo)

Seguridad y apoyo

La seguridad da nombre al segundo escalón de la pirámide de Maslow que establece la jerarquía de las necesidades humanas, siendo el primero las necesidades fisiológicas. Como tal, la seguridad implica un sentimiento de falta de riesgo y de confianza, incluye la seguridad física (no tener riesgo vitales ni de daño), recursos (tener para comer, empleo,...), moral, familiar, de propiedad privada y de salud. En una relación, la confianza en la otra persona y la seguridad en general determinarán el futuro de la misma, ya que sin ellas es fácil que la pareja termine rompiéndose pronto. Aunque las definiciones y los aspectos de la seguridad pueden variar, lo realmente fundamental es llegar a un acuerdo sobre el tema.

Para aumentar la seguridad en la pareja hay muchas formas, aquí vamos a citar 3. La primera es una comunicación efectiva, como hemos establecido en anteriormente, porque mediante el diálogo conocemos a nuestra pareja y nos damos a conocer.

Apoyarse emocionalmente sería la segunda forma por ser un factor importante en la seguridad de una relación. Llegar a conocer el estado de ánimo de nuestra pareja, y que conozca el nuestro, es básico para poder darse apoyo mutuo. Después hay que aprender a dar el apoyo emocional apropiado, en el momento adecuado. Trabajar la mejora en estas dos fases y lograr el apoyo emocional es fundamental para que la confianza y la seguridad mutuas de la pareja crezcan. El apoyo emocional puede ser tan simple como dar espacio a la pareja cuando lo necesita, o aceptar las diferencias como naturales entre dos personas diferentes.

Por último, entender a la pareja, aunque nos pueda parecer difícil, de hecho muchas veces el problema es que no se entienden. Pero quizás sea la parte más importante, donde si hay que realizar el mayor esfuerzo, ya que es fundamental entender las motivaciones, los sentimientos y los pensamientos de la pareja, que previamente hemos conocido mediante el diálogo, mediante un esfuerzo de empatía. Algunas veces, nuestras experiencias anteriores son un lastre del que tenemos que librarnos, para poder entrar en la pareja con la mente abierta para el diálogo.

La necesidad de seguridad empieza por la seguridad física, es decir, la de no ser herido/a físicamente, en caso de la convivencia de pareja se convierte en que no haya riesgos de daños por parte de la pareja, poder hacer o decir las cosas sin miedo. Esto implica, por supuesto, no hacer ni recibir malos tratos, lo cual irá en contra de una pareja igualitaria y es motivo de ruptura inmediata. Pero no sólo la seguridad física es no pegar o no ser pegado/a, también la violencia psicológica termina con la seguridad de la persona que la sufre y es imprescindible evitarla, rompiendo la relación si se considera necesario. A esto le añadiría la seguridad en cuanto a la protección mutua de daños físicos del exterior, es decir, cada persona en la pareja ayuda a la otra en la protección de su seguridad física, por ejemplo no conduciendo cuando bebemos alcohol ni dejando a nuestra pareja que lo haga.

La seguridad en los recursos, que haya de comer, que haya trabajo, que tengamos  donde dormir, es algo para que la pareja hable y decida que corresponde a cada persona aportar a la pareja según sus capacidades y posibilidades, por lo que lo dejaremos a vuestro diálogo interno.

Apoyar las metas y sueños de nuestra pareja es otra forma de conseguir crear confianza entre ambas personas. Igual que gusta que nos ayuden, debemos pensar que a la otra persona le gustará. Llegar a un acuerdo para, por ejemplo, que durante un tiempo determinado se deje de trabajar para estudiar, apoyándose financieramente en la otra persona, sería una forma de mostrar ese apoyo, aunque habría que delimitarlo muy bien para que no termine siendo un aprovechamiento.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

3 Pareja Igualitaria (parte tercera Responsabilidad)

Responsabilidad:


La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral. Una vez que pasa al plano ético, se establece la magnitud de dichas acciones y de cómo afrontarlas de la manera más positiva e integral. La persona responsable es aquella que actúa conscientemente siendo ella la causa directa o indirecta de un hecho ocurrido. También es el quien cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en lo que hace o decide.

En pareja, tenemos responsabilidades ante nuestra pareja y ante nosotros/as mismos/as. Puede ocurrir que tengamos tanta preocupación por las necesidades de nuestra pareja que nos olvidamos de cuidarnos o puede que nos preocupemos demasiado por las nuestras propias olvidando de las de nuestra pareja. Conocer nuestras responsabilidades puede ayudarnos a generar relaciones con nuestra pareja respetuosas, justas y saludables.

¿Cuáles son nuestras responsabilidades? Al convivir en pareja adquirimos una serie de responsabilidades que podemos resumir en:

  • Escuchar y ser escuchados. Como indicamos antes, el dialogo es necesario en la pareja, por tanto es la responsabilidad de las dos personas que conforman una pareja participar de él.
  • Honestidad mutua. Debemos tener y exigir sinceridad y honestidad con nuestra pareja sobre lo que hacemos, pensamos y sentimos.
  • Compartir nuestros sentimientos y esperar que nuestra pareja comparta los suyos
  • Discrepar y aceptar discrepancias. Las parejas generalmente tienen diferentes deseos, opiniones e ideas. Tienen derecho a pensar de manera diferente y debe ser respetado
  • Actuar con justicia y esperar ser tratados de la misma manera. Tratarse de igual a igual.
  • Considerar las necesidades de nuestra pareja y viceversa. Las decisiones que afectan a la pareja en su totalidad deben tomarse de manera conjunta teniendo en cuenta el bienestar de las dos personas y siendo capaces de llegar a un acuerdo.
  • Dar y recibir apoyo.
  • Ayudar a nuestra pareja a sentirse bien consigo misma y esperar que haga lo mismo a cambio. 
  • Perdonar y ser perdonados.
  • Que nuestra pareja utilice su dinero como guste y esperar lo mismo a cambio. Siempre teniendo en cuenta que las dos personas de la pareja deben aportar según sus posibilidades para la vida común.
  • Tener en cuenta las necesidades de nuestra pareja de tener amistades y esperar lo mismo a cambio. 
  • Valorar la privacidad y la necesidad de pasar tiempo por separado de nuestra pareja y esperar lo mismo a cambio
  • Entender la necesidad de nuestra pareja de sentir seguridad y protección y esperar lo mismo a cambio. 
  • Respetar a nuestra pareja en las relaciones sexuales y esperar lo mismo a cambio. 


Compartir la responsabilidad en los conflictos. Además de lo anterior, en toda pareja, por el simple hecho de estar formada por dos personas, debemos tomar en cuenta la responsabilidad compartida cuando haya problemas o conflictos internos.

De esta manera, para resolver las diferencias que surjan, hay todo un proceso en el que ambas personas deben tomar consciencia de su responsabilidad, en vez de tratar de "tener la razón" de o buscar la responsabilidad en la otra persona. Por supuesto esta actitud debe ser compartida, ya que si sólo uno de los miembros de la pareja acepta toda la responsabilidad puede que no se establezca una relación igualitaria.

En dicho proceso las discusiones son frecuentes, como parte de la resolución de la diferencia, por lo que es fundamental preguntarse ¿Cuál es mi parte de responsabilidad? ¿Qué pude haber hecho diferente para que esto no sucediera? ¿Qué puedo hacer ahora para evitar que el problema continúe? Con estas preguntas nos ayudamos comprender y aceptar nuestra responsabilidad, para usar inmediatamente el proceso de comunicación efectiva que anteriormente describimos, añadiendo que anulamos la comunicación defensiva. 

Si pretendemos mostrar que nuestra pareja es culpable conseguiremos que, como cualquier persona acusada, se defienda, no sirviéndonos para nada en la resolución de la diferencia. Por tanto debemos establecer un diálogo donde se pueda expresar los sentimientos y motivaciones para que cada parte asuma su responsabilidad. Por mucho que sea más fácil culpar a otra persona de nuestros problemas, tenemos que ser conscientes de que todas nuestras acciones, como parte del sistema de dos personas que formamos, tienen influencia en la otra persona para, con ello, aprender a ser una pareja igualitaria.
Aunque solo se aprende a vivir en pareja haciéndolo, podemos establecer acciones que faciliten el camino. De esta manera, si cada miembro asume su parte de responsabilidad y trata de ver que puede hacer para solucionar la discrepancia, en lugar de esperar que lo haga su pareja, la relación saldrá fortalecida de la situación.

martes, 17 de diciembre de 2013

3 Pareja igualitaria (parte 2 Comunicación abierta)

Comunicación abierta:

La comunicación hoy en día también sirve para definir la calidad de nuestra vida. Es como una especie de medidor que nos permite saber que tan felices y satisfechos vivimos. La comunicación con la pareja es el vehículo sobre el cual podemos entendernos con nuestra pareja.

La mejor manera de alimentar cualquier relación es a través de la comunicación efectiva, que es la forma de tener una relación sana porque nos permite conocer a la otra persona. A través de la comunicación conocemos a las personas por lo que toma una importancia primordial en cualquier relación el poder establecer un buen vehículo de comunicación claro y abierto, no podemos amar lo que no conocemos.

Además es importante comunicarnos para que nuestra pareja sepa lo que nos gusta, lo que pensamos, lo que sentimos, lo que necesitamos o esperamos de la vida y con esto, nuestra pareja podrá tener un mayor conocimiento en general de nosotros y podrá entendernos y ayudarnos cuando así lo necesitemos.

La comunicación tiene una parte verbal (palabras) y una parte no verbal (la mirada, los gestos, la sonrisa, el gesto, el tono de la voz, los ademanes que acompañan a las palabras, etc). El lenguaje no verbal, en la mayoría de las ocasiones, es más expresivo y cercano que las propias palabras, ya que las intenciones de las palabras se acompañan por estos factores y por lo tanto las palabras toman un sentido muchas veces totalmente opuesto a lo que dice solo el significado de las mismas.

La comunicación efectiva requiere del dialogo para llegar al entendimiento. El diálogo es la conversación entre dos o más personas en la que todas ellas alternan en el uso de la palabra, nos permite intercambiar ideas, sentimientos y opiniones, profundizan en el conocimiento de las vidas de otras personas para poder logran un mayor acercamiento.

Por tanto es necesario mantener una disposición abierta al diálogo en la pareja, entre otras cosas, ya con él mostramos interés y preocupación por las cosas, ideas, sentimientos, intenciones, necesidades, etc., de nuestra pareja. Mantener una relación de pareja requiere conversaciones entretenidas, profundas, interesantes, hablando con entusiasmo y también se requiere darle espacio para hablar de las pequeñas cosas que acontecen a diario con la certeza de que a la otra persona le interesa. No hay nada más destructivo para una relación que la falta de conocimiento del uno para con el otro y esto se debe en mucho por la falta de conversación.

Tenemos que comunicar lo que sentimos, el dialogo en la pareja nos da la oportunidad de que ambas personas puedan escuchar y ser escuchados. Aunque nos cueste expresar lo que pensamos y sentimos, el error más grave es creer que nuestra pareja debe saber lo que queremos. Tenemos que encontrar la forma de hacer conocer a nuestra pareja lo que pensamos, de lo contrario no podremos llegar a una relación estrecha y sólida.

En la pareja tenemos que comunicar los sentimientos tanto positivos como negativos, para lo que hay que tener cuidado con la comunicación no verbal y con el momento, recordemos que eso puede cambiar de manera importante el mensaje que se quiere dar. Hay que expresar lo que realmente sentimos, aun siendo sentimientos negativos o no agradables, para poder buscar soluciones y por lo tanto cuidar las formas es sumamente importante.

Los gritos, las malas palabras, los insultos, las descalificaciones, las humillaciones, los gestos de desagrado, etc., son las razones por las cuales la comunicación se vuelve ineficaz y solo se llega a empeorar las cosas entre la pareja. Para lograr una comunicación efectiva no podemos dejarnos llevar por el enojo, la ira y el descontrol de las emociones. Ya que en estas condiciones solo podemos transmitir lo negativo y jamás llegaremos a un entendimiento. En esos momentos es mejor tranquilizarse antes de intentar dialogar para buscar una solución.

Debemos considerar que la mayoría de los problemas que tienen las parejas están relacionados con la comunicación, ya sea por no tenerla o por no comunicar de forma adecuada. La falta de comunicación es uno de los problemas que pueden surgir en las parejas y que incluso pueden llegar a destruirla. Incluso en la sociedad estresante en la que vivimos no impide tener una buena comunicación. Es importante luchar para mantener una buena intimidad en la pareja donde fluya la comunicación y se puede haber dialogo sin interrupciones ni ataduras.

El sobre entendido es la tumba del entendimiento de la pareja, no debemos pensar que nuestra pareja sabe y conoce todo lo que necesitamos y sentimos sin que lo hayamos comunicado. No hay que esperar que nuestra pareja adivine, si no que hay que decirle lo que esperanos o deseamos. Aunque pensemos que podría saberlo por la comunicación no verbal, puede no haber reconocido los mensajes que no hemos comunicado claramente, por ello es nuestra responsabilidad comunicarlo. Que nuestra pareja nos diga o que nosostros digamos no significa que se vaya a hacer, ya que somos personas diferentes, con distinta educación, valores, principios, pero con el diálogo  se podrán aclarar las cosas y podremos saber que esperar y que esperan de nosotros, así que siempre la pareja sale ganando con la comunicación.

La falta de tiempo es uno de los grandes enemigos de la comunicación, por ello es necesario que la pareja tenga espacios y tiempos para el dialogo. Al igual que planificamos las fiestas familiares, los pagos de los servicios de la casa, ir al supermercado y otras muchas cosas, es igual de importante planificar espacios y tiempos para la comunicación, que deben ser muy claros y definidos. Si no contamos con tiempo para el diálogo en pareja la relación se enfriará y surgirá un distanciamiento.

Habilidades de comunicación: Para poder llevar a cabo una comunicación efectiva hay algunas habilidades que podemos usar, las más comúnmente citadas y usadas por terapeutas conductuales y de pareja son las que describimos a continuación.

Escucha No-Defensiva (Gottman, 1994). Con ella escuchamos con empatía, que es es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir y también es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra. Intentamos escuchar entendiendo que es normal que la otra persona pueda haber entendido lo que decimos de forma diferente. Va unida a la regla de no interrumpir utilizada por muchos terapeutas y ayuda al respeto de lo que la otra persona percibe sin tratar de desvirtuarlo para defendernos.

Escucha Activa (Gottman 1994). Englobamos aquí varias técnicas de comunicación efectiva y que implican transmitir activamente a la otra persona que estamos escuchando con atención y esforzándonos por comprender sus ideas sin cambiarlas, indicando que tenemos una postura de escucha no-defensiva. Las más populares son el asentir, mover la cabeza, mirar a la otra persona a los ojos, inclinar la cabeza hacia un lado, y en general todas las señales que le indiquen a la otra persona que estamos escuchando con atención. Podemos añadir pausas y resumir lo que acabamos de escuchar para comprobar que se está recibiendo el mensaje correctamente. Por supuesto no vamos a descalificar lo que escuchamos, si no que lo validamos como la experiencia subjetiva de su interlocutor, lo que no implica que estemos de acuerdo.

Apertura y transparencia personal compasiva. La “buena” comunicación en las parejas exige un grado de apertura y revelación de los propios sentimientos y pensamientos hacia el compañero o la compañera. Hay distintos autores que discrepan sobre el grado de apertura, pero quizás sea mejor que este grado sea algo que la pareja debe determinar mediante acuerdo. Según Fowers (1998) un resumen de las diferentes ideas que muchos autores han tocado a este respecto sería:

  • La apertura o transparencia no debe usarse como excusa para dañar a la otra persona. Hay que intentar abrir los sentimientos, pensamientos y deseos pero procurando expresarlos de manera que tenga el menos efecto negativo posible en nuestra pareja. Según la llamada “relationship enhancement” (Fowers, 1998) hay que buscar entrenar a la pareja en este aspecto de poder escuchar y abrir sentimientos con los recursos de apoyo, escucha, empatía, etc. necesarios para no generar o permitir la aparición de mecanismos defensivos en el intercambio.
  • La apertura es base de tres aspectos importantes de la relación (Fowers, 1998). Primero para la creación de intimidad, segundo permite que los sentimientos que tenemos por nuestra pareja y viceversa se mantengan y tercero es la manera en que la pareja se puede coordinar para satisfacer los deseos y necesidades que ambas personas experimentan y que deben coordinarse mutuamente.


Esta comunicación permite a la pareja conocerse más a fondo pues el poder abrirse totalmente con alguien es una de las necesidades y deseos que buscamos que la pareja solucione. Cabe aclarar que lo ideal para quienes integran una relación es que vayan creando mayor apertura poco a poco. Así mismo permite a la pareja hablar sobre su relación y poder pedir a la otra persona que cambie, o por lo menos intente cambiar, conductas que nos hacen sentir mal, intentando expresarno de la forma  más específica posible y evitando quejas generalizadas.

Para evitar los conflictos se recomienda la edición (Gottman, Notarius y Markman, 1976 citado en Fowers, 1998). Con ella se refieren a la habilidad que tiene que desarrollarse para decidir que es lo no importante a revelar en una conversación que pudiera resultar ofensivo o dañino para la otra persona. Incluye buscar la manera más agradable de presentar las cosas que se quieren comunicar. Es lo que llamamos compasión al hablar de la apertura y, por tanto, el equilibrio lo debe decidir la pareja.

Por ejemplo, un error muy común al comunicarnos con nuestra pareja, es el uso de expresiones como nunca, siempre, jamás. No suele ser cierto que nuestra pareja nunca haga tal o cual cosa que pensamos que debería hacer o que deseamos que haga. Al expresarlo de esa manera, nuestra pareja se puede sentir dolido/a y seguramente lo que logremos sea dificultar la solución del problema. Utilizar expresiones como a veces o en ocasiones puede ayudar.

Ante un dialogo donde se debaten aspectos de la convivencia o de la relación debemos entender que hay que llegar a una conclusión con un nuevo orden establecido por ambas partes. Debemos conceder lo que creamos justo y pedir lo mismo. Un acuerdo siempre viene con un esfuerzo sincero de ambas partes que deben quedar satisfechas. De hecho, si podemos llegar a acuerdos en las cosas en las que previamente no los había la pareja sale reforzada, si no se puede lograr se enquista el desacuerdo y puede llegar a ser un problema en la pareja. Si se llega a decir cosas hirientes por cada parte se debe dar una disculpa y un perdón. Debemos aprender a aceptar las disculpas de nuestra pareja y a ofrecer las propias para que el amor mutuo no se vea afectado.

Aunque puede parecer obvio lo que hemos expuesto, es posible que mucho de lo que consideramos en las técnicas arriba comentadas y sus consecuencias (como la creación de la intimidad, o el grado de apertura adecuado entre la pareja) puede estar modificado por tradiciones, ideas y construcciones sociales. Por ello no debemos olvidar que nuestra visión siempre es relativa según la realidad social en la que vivimos y requiere un esfuerzo trabajar para que la comunicación sea abierta.

En resumen, lo importante es mantener un buen ambiente, dialogando con nuestra pareja y evitando los agravios o las desconsideraciones. No temamos los desencuentros, más bien intentemos utilizarlos para fortalecer la relación. Utilizar unas buenas habilidades de comunicación nos sacarán de muchos problemas. Y puestos a eliminar prácticas perjudiciales, empecemos con la culpa. En vez de perder el tiempo, y seguramente dificultar la solución, buscando quién ha sido culpable, pensemos que podemos tener al menos parte de culpa y que es mejor buscar la solución.

lunes, 16 de diciembre de 2013

3 Pareja igualitaria (primera parte)

Como el capítulo 3 está siendo bastante largo lo vamos a ir poniendo por partes, para que podáis revisarlo, antes de ponerlo completo.

Aunque el amor es el principio de la pareja y fundamental para que perdure, no es suficiente para que la pareja se mantenga en el tiempo. Para construir una pareja igualitaria hace falta, como complemento al amor, ser consciente de la responsabilidad de cada persona que conforma la relación y la comunicación abierta. También será importante el respeto mutuo y el propio, hay que jugar de forma justa ante un conflicto, tomar las decisiones financieras en conjunto y dar y obtener seguridad y apoyo. Empecemos por un esquema que resume los puntos que vamos a ver luego más detenidamente:

Traducido y adaptado de: Domestic Abuse Intervention Project

Respeto:

El respeto es la consideración de que una persona tiene un valor por sí misma y se establece como reciprocidad: respeto mutuo, reconocimiento mutuo. El respeto en las relaciones interpersonales comienza en la persona, en el reconocimiento de la misma como entidad única, tanto para si misma como para con las demás. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otra persona tanto como los propios.

El respeto por la autonomía individual se sustenta esencialmente en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autodeterminación en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen. Por tanto respetarse y respetar siempre conlleva la aceptación de las decisiones que tomamos o que toma nuestra pareja.

Para lograr una relación de pareja igualitaria, cada parte de la pareja debe respetar sus valores y compromisos, así como los de la otra persona, para el buen funcionamiento de la vida en común. Es necesario reconocer las necesidades propias así como se reconocen las de la otra persona y se intenta satisfacer las necesidades de ambas.

Otro punto importante es tener flexibilidad. El tiempo y las circunstancias nos cambian y, por tanto, es importante ser lo suficientemente flexibles para adaptarnos y evolucionar, lo cual no implica que cambies tus valores ni forma de pensar, sino que trates de compartirlos con la otra persona y alcanzar coincidencias.

De acuerdo con especialistas, para ser una buena pareja primero debes preocuparte de estar bien contigo mismo/a. Tienes que atender tus necesidades de todo tipo: espirituales, emocionales, físicas, mentales, y mejorar como ser humano todo lo que esté en tu mano, de esa manera es más sencillo lograr la igualdad en la relación. En una pareja igualitaria ambas personas tendrán esto en cuenta.

Será importante un apoyo mutuo incondicional. Esto significa una disposición total a apoyar todo lo que es bueno para tu pareja, tanto como lo haces con lo que es bueno para ti, lo cual implica desear y apoyar lo suficiente para que alcancen sus propios éxitos, en lo individual como respecto a la relación. Es vital comprender que cada uno vivirá diferentes ciclos y tiempos, llegando a un acuerdo en lo que implique a la pareja para que ese apoyo mutuo sea equitativo entre ambas personas.

También es parte del respeto que una persona no tenga que dejar su carrera laboral por atender la vida familiar, ya que siempre se puede intentar llegar a un acuerdo. Lo ideal es que la pareja tenga en cuenta las necesidades del trabajo de ambas personas y se intente conciliar la vida familiar y laboral. Los turnos, las horas extras y demás inconvenientes del trabajo deben solucionarse intentando en lo posible que se atiendan las necesidades y deseos de cada parte, por supuesto sin imposición alguna. La ley, actualmente, ayuda y protege para que la pareja pueda exigir a las empresas en las que trabajen horarios y turnos que permitan que puedan seguir trabajando cuando hay familiares que necesite cuidados ya sea hijos, hijas o parientes a cargo.

Son contrarios al respeto el control de gastos, relaciones sociales o pensamientos, el aislamiento con el objetivo de que la vida  de la pareja se centre únicamente en la persona, los celos, la denigración, actitudes desdeñosas y palabras hirientes, las humillaciones, ridiculizar, los actos de intimidación, la indiferencia ante las demandas afectivas y las amenazas. Estas actitudes son una falta total de respeto y además parte de la violencia psicológica, por tanto se deben evitar en una pareja igualitaria.

De todos esto hablaremos en el capítulo siguiente, sobre el respeto.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Joaquin y Patricia

Otra historia, esta vez de una pareja que vive en igualdad, los llamaremos Joaquin y Patricia

Venimos de dos mundos muy distintos, Patricia es sudamericana y de gustos clásicos, yo soy español y progresista. Tenemos dos cosas principales en común, nos amamos y nos respetamos, pero además en muchas cosas somos parecidos, por ejemplo ambos somos muy consecuentes con lo que pensamos y decimos. Nos presentó una amiga mutua, a través de internet porque ella estaba en Bolivia y yo en España, ya que iba a venir de vacaciones. Al principio ambos pensamos que quizás podíamos ser amigos, a los pocos meses estábamos enamorados. Al final las normas legales no le dejaron venir, así que me fui yo de vacaciones a su ciudad. Sólo me hizo falta verla al bajar del avión, esperándome con una sonrisa que paralizaba mi corazón, para saber que era amor verdadero.

Ahora escribo yo, Patricia, al verlo bajar del avión mi primera impresión no fue tan buena, digamos que el largo viaje se notaba, pero al verle los ojos sentí todo el amor que había esperado los meses de contacto por internet. Me dio una sorpresa el día que me pidió oficialmente casarse conmigo, hizo todo lo posible por adaptarse a las costumbres de mi país. Tiempo después me fui a España a conocer su ciudad. Todo salió como esperábamos y decidimos vivir en España, al menos por ahora. La boda fue en Enero, también todo según las costumbres de mi religión y país.

Nuestro primer problema fue la distancia, nos llevamos un año y medio de novios pero sólo nos vimos un mes allá y un mes aquí. Así que cuando empezamos a convivir, pasamos de sólo vernos a través de la cámara por internet muy poco tiempo a la semana, a vernos todos los días la mayor parte del tiempo. Él pasó de vivir sólo y hacer lo que le daba la gana todo el día a vivir con una persona con costumbres distintas a las suyas y adaptarse a las mismas, ella pasó de convivir con su padre y su madre y trabajar la mayor parte del día fuera de casa, a vivir a miles de kilómetros de su familia y estar en paro, además de adaptarse a vivir con alguien nuevo.

Sin embargo, excepto por el problema de que ella está en paro todavía, ambos pensamos que somos felices, con la evidente pena de la distancia con su familia. Suele ser que todo el mundo pide que su pareja sea lo mejor posible, pero no se preocupa de ser la mejor pareja posible para su ser amado, así que cada cual se preocupa por ser la mejor para la otra persona. Es un equilibrio difícil, entre no dejar de ser independientes y tener nuestro espacio propio, pero ser a la vez parte de una pareja que requiere darse, pero ayuda el amor.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Paula

Hoy nos ha escrito una compañera a la que llamaremos Paula

Hola! Yo sufrí maltrato, fueron 2 años los que los soporté, logré salir y un tiempo después tuvimos el juicio. El fiscal pedía más de 10 años de cárcel pero le condenaron a 4. Como él tenía dinero, contrató a un abogado de los mejores y logró anular el juicio.

Yo tengo dos carreras, en mi familia también tienen carrera y empresas, mi exmarido es propietario de una empresa. Con esto quiero decir que mi entorno socio-económico es alto, tanto con mi familia como con mi expareja tenía una vida económicamente acomodada. Los malos tratos se producen en cualquier entorno.

Han pasado ya muchos años y aún sigo soñando con ello. Pero lo peor es que mi familia no me perdona, ya que para ellos soy responsable de lo que pasó, me dicen que "tendrás que convivir con ello y con las consecuencias de tus actos". Mi padre dice "eres la responsable de todo el mal que desde entonces tiene tu madre, eres la responsable de todos sus problemas", mi  hermano "es mejor dejar de quererla porque mira como conduce su vida, nos va a seguir dando problemas". 

Perdí 8k en 15 días, estuve sin comer ni beber agua 4 días seguidos, 18 meses de baja médica y pasé tribunal médico que me ofreció la incapacidad indefinida. No la acepte, salí adelante. Pero tengo la condena de mi familia sobre mis hombros. 

Mi problemática fue que era la persona que más dignidad me concedió como ser humano, el hombre que a día de hoy más me ha querido en mi vida pero que me intento matar, esa dicotomía mi mente no la comprendió ni la racionalizó nunca. A día de hoy a veces pienso en esa parte de su personalidad nueva, amable, generosa, respetuosa,entregada, para quién era lo primero, no lo he superado y nunca lo superaré. Simplemente vivo con ello y en el amor no consigo encontrar a nadie que me haga sentir lo que senti.

Ah! El año pasado, con él en la calle, se acabaron las medidas de protección, el propio fiscal me pidió que escribiese un documento sobre mi miedo, mi indefensión, y no renovaron las medidas. El policía que se ocupó de mi proyección a día de hoy me llama para felicitarme las fiestas y tomar un café de vez en cuando. Estaban muy pendientes de mi pero reconociendo que tal y como funciona el sistema estaba desprotegida. Así que meter el coche en el garaje las noches de invierno y subir a casa hacia que mi corazón se disparase y que las lágrimas se me saltasen sabiendo que si quería hacerme algo lo haría.

Mi propia familia considera que ser maltratada es cosa de "clases bajas", de mujeres sin carácter, sin medios económicas, a las que les "toca aguantar" porque no tienen a dónde ir. Incluso en una ciudad el juez dijo que a "una universitaria no la pueden maltratar". No hay perfiles de maltratadores ni de maltratados. El aparentaba ser un hombre con el que soñaba cualquier mujer (inteligentísimo, genial, dulce, callado, discreto). 

Uno de los problemas con los que convivo es dar respuesta a esta pregunta ¿qué hice mal? ¿Cuándo tuve que haberme dado cuenta de que esto podía pasar? ¿Por qué me quedé tras la primera actuación violenta?
Las mujeres preparadas, independientes económicamente, sin hijos pueden ser maltratadas y tienen la misma responsabilidad que las que no lo son: ninguna. No me iba porque le quería y pensaba que podía cambiar.

Lo que quiero trasmitir con este testimonio es que yo no he tenido condena de la sociedad ni de un juez, pero si de todos los miembros de mi familia, siguen pensando que lo que me pasó fue responsabilidad mía (de él por hacerlo y mía por permitir la segunda) y soy la responsable del mal causado a la familia. Una de mis cuñadas se ha permitido emitir su opinión: "pero, ¿tu nos quieres? Si nos quisieras no nos habrías puesto en peligro"...en fin...

jueves, 5 de diciembre de 2013

Fabiola

Hoy contamos la historia de una compañera a la que llamaremos Fabiola.

Mi historia no es de maltrato físico, ni he tenido una vida dolorosa como algunas de las que han explicado en el blog, pero si he sufrido maltrato psicológico. Me costó llegar a esa conclusión, pero después de analizar todo y de hablar con mi psicoanalista llegamos a ello. Y la explico porque se que puedo ayudar a muchas chicas que empiecen a sentir y a sufrir lo que yo un día pasé y así quizás puedan frenarlo a tiempo.

Hasta el momento de hacernos novios todo iba bien, pero cuando el me dijo que empezáramos algo serio, todo empezó a cambiar. Primero empezó con la ropa, no me ponía buena cara cuando me ponía minifalda o shorts, decía que eso era provocador y que no le gustaba que yo lo llevara, que era de buscona. Después empezó a quejarse por si saludaba a chicos del pueblo cuando los veía por la calle. Si quedaba con mis amigas, o le decía que estaba en alguna cafetería tomando algo, me cortaba el teléfono. A veces me llamaba y si sabía que estaba con alguna amiga me ponía nerviosa, intentaba hablare con buen tono para que no se enfadara.

Poco a poco, comentario tras comentario, me empezó afectar y ,solo por el simple hecho de que no se enfadara y estropeara lo bien que estábamos en otros momentos, decidí evitar ponerme la ropa que a él no le gustaba. Recuerdo que el primer verano con él, lo pase con pantalón largo y camiseta de manga corta de cuello redondo y evitaba quedar con amigas.

Pasaban los meses, y exceptuando esas cosas, yo creía que las cosas buenas superaban a las malas. Solo eran detalles que quizás con el tiempo superaba y que conociéndome y sabiendo que lo respetaba al 100x100 se le pasaría. Yo siempre lo justificaba. Nos fuimos a vivir juntos, aun sabiendo que no era lo correcto, aun sabiendo que no era del todo feliz lo hice por él, aun cuando mi interior me decía que me equivocaba.

Cuando discutíamos soltaba cosas que me hacían muchísimo daño, era un volcán de palabras dañinas, porque realmente el intentaba hacerme sentir mal, hacerme daño, incluso un día me lo reconoció, que en ese momento solo le importaba hacerme sufrir. Acabé enfermando, cogí ansiedad y estuve 2 meses sin salir de casa. adelgace 7 kilos en menos de 2 semanas.

Sabia que no era feliz, sabia que no era lo que yo quería, pero no podía separarme de él, era algo superior a mi. Siempre después de una pelea de estas venían las disculpas, donde me decía que todo lo que hablaba no lo sentía, pero que era su manera de desahogarse, de hacerme daño vaya. Que yo era la mujer de su vida, que era lo mejor que le había pasado, que no le dejara nunca porque no sabría que hacer sin mi. O sea, todo lo contrario a cuando se enfadaba. Siempre era la misma historia, la serpiente que se muerde la cola. Primero era lo peor, y después lo mejor y así me volvía loca.

A todo esto, yo siempre discutía, no era de las que me quedaba callada dándole la razón, todo lo contrario, le decía todo lo que pensaba, le decía que le iba a dejar y me tiraba 2 días sin hablarle, pero por dentro me estaba destruyendo.

Cuando él llegaba de trabajar quería que yo estuviera en casa, sino se enfadaba. Nunca quería salir de fiesta conmigo, decía que los tíos me miraban con cara de querer follarme ( como diciendo, solo te miran para follarte, no porque valgas mas que eso).

Me hacia sentir que no valía nada, que gracias a dios que el estaba conmigo , porque sino quien iba a estar.
Me considero una chica mona, simpática, que nunca he tenido ningún problema en ligar con chicos y en que ellos den todo lo que tengan para complacerme y hacerme feliz, pero aun así, yo me creía sus palabras y llegue a pensar " gracias a dios que el esta conmigo". Tenia celos de todo y de todos.

En fin, un sin fin de cosas que a día de hoy aun no me creo que haya aguantado. Y aunque hagas tu vida, y seas feliz, porque lo soy y mucho, las secuelas son duras, pero lo importante es que me separe de el hace casi 3 años, y es lo mejor que pudo pasarme. Actualmente tengo una pareja que me deja ser tal y como soy, me quiere , me respeta, me cuida, nunca me dice una palabra fuera de lugar, ni me hace sentir mal por nada.

Así que solo recomiendo que cuando empecéis a escuchar algún comentario de los que explicado anteriormente, cuando alguien intente cambiaros en algo, actuéis pronto, no le deis pie a que acabe con vuestra autoestima.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Claudia

Hoy contaremos la historia que nos ha enviado una compañera a la que llamaremos Claudia.

Siempre escuche en mi casa insultos, faltas de respeto, bofetones, etc. Empecé a ser consciente de ello con 5 o 6 añitos, vi como mi padre pegaba a mi madre varias veces, a su propia madre le llego a levantar la mano en alguna ocasión delante mía, (cuando estaba embarazada de mi madre también le pego) y cuando yo le paraba los pies, porque yo era la única que lo frenaba, me llamaba la abogada de los pobres sin defensa y las causas perdidas. Yo siempre podía con él pero mas adelante, veréis como , también a mi me llego a destruir.

A mi hermano le tiro una taza por la cabeza y lo llevó a pasar una noche al calabozo, solo porque él se defendió de una agresión suya. A mi me llego amenazar con un cuchillo 2 veces, la primera a mi madre le costo creerselo, pero la segunda cuando lo vio con sus propios ojos le plantó cara a este individuo llamado padre, y él le contestó con un bofeton. Era alguien que estaba en contra de toda la sociedad, y sus lemas eran "o estas a favor mio o en mi contra", "no podéis tener una opinión diferente", en alguna ocasión nos llego a reconocer que el era feliz haciéndonos y haciéndole la vida imposible a los demás, estaba lleno de deudas por todos los lados. Yo caí en una depresión importante, la cual hizo que intentara quitarme la vida en un par de ocasiones, pero lo peor estaba por venir. 

Al poco tiempo de separarse me enteré que tendríamos que ser 3 hermanos y no 2 cuando le pregunte a mi “padre” el porque, su respuesta fue,que no quería que le fueran señalando por la calle con una “mierda en una silla de ruedas” y con la baba cayéndole.

Hará cuestión de 7 u 8 años, estuve una temporada viviendo con él y la vividora de su pareja, una vividora como él y una mantenida, la cual llamaremos "viuda negra" ( por no dar su nombre). Ella estaba convencida de que yo había ido a vivir allí porque quería que mis padres volvieran a estar juntos, cosa completamente impensable y nada mas lejos de la realidad, ya que yo veía y veo a mi madre desde hace años muy feliz con su actual pareja, ( la cual nos respeta a todos y a ella sobre todo) volviendo al tema, la "viuda negra" me hizo la vida imposible, y mi "padre" empezó a abusar sexualmente de mi, me tenia tan sumamente rebajada, me tenia tan sumamente humillada, que ya no sabía que hacer, hasta que hubo un día que dije ¡BASTA!

Me fui a vivir a otra comunidad, cuando llevaba allí unos pocos meses viviendo, recibí la llamada de un familiar en la que me decía que este maltratador había muerto, reconozoco que lo quería, pero no como una hija debe querer a un padre, cuando lo vi en la caja, llore pero una de “pena” y la otra de felicidad, porque veía que habían acabado los problemas, o eso pensaba yo porque un día me embargaron la nomina y me di cuenta que era de una deuda en la que yo hacia años le había avalado, después empezaron a llamarnos de oficinas de morosos, preguntándonos, que quien iba a pagar las deudas, menos mal que no firmamos la herencia legitima, porque nos hubieran llovido bofetones por todos los lados. 

Hoy en día no mantengo contacto con la familia de aquel mal nacido, ya que incluso ha habido algunos que aparte de no creerse nada de esto que estoy contando, han llegado a decirme que si es todo verdad lo que digo sera porque nos lo merecíamos yo desde aquí digo a esta gente que me dan lastima la ingenuidad y la ignorancia que llevan encima.

Al final tuve que poner el teléfono a nombre del que hoy es mi marido y la persona que me ha devuelto la felicidad, y las ganas de vivir, y nuestro amor, respeto y cariño nos ha traído la recompensa de un hijo maravilloso, el cual los dos adoramos con locura. Gracias a él se ahora lo que trae con sigo el significado de la palabra FAMILIA, he conseguido una y me encanta. 

Quiero dedicarle también este relato a mi señora madre por todo lo que llegó a aguantar, y que el día en le que le dije o nos vamos o me voy, se decidiera por irse con sus hijos a vivir una mejor vida.

martes, 3 de diciembre de 2013

Alejandra

Hoy nos llega la historia de una compañera a la que llamaremos Alejandra.

Quería empezar mi historia, en donde normalmente la dejamos. Después de tres años divorciada, empecé a convivir con una nueva pareja, explicar que fue algo precipitado por las circunstancias, mis hijas y yo tuvimos que desplazarnos más de 300 Km para poder “vivir”, ya que su padre, aunque ya nuevamente casado, me seguía utilizando como su saco de boxeo para descargar sus frustraciones, por llamarlo de algún modo.

Al principio de esta nueva convivencia, todo era genial, estaba preparando un hogar aprovechando que las niñas estaban pasando el mínimo periodo vacacional con sus abuelos paternos. Una mañana tenía que preparar un escrito para mi ex marido, con temas legales que aún nos unían, para que se lo presentara el abogado. Al finalizar, y como siempre, se lo envié a un familiar, que, como de costumbre, lo reescribió, llenándolo de indirectas y situaciones del pasado. Mientras tanto llamadas de mi madre recordándome todo aquello que yo luchaba por olvidar. Que quede muy claro que no les echo la culpa, lo han pasado tan mal o más que yo con mi historia, solo pretendían ayudar.

Fue en un momento, en un instante, en el que dejé de reflejarme, empecé a ser invisible de nuevo. Pensé que estaba sometida a mi familia, a mi pareja, si realmente estaba aquí porque quería, o simplemente por no saber decir NO, dudando de si valía como persona o solo por las personas que tenía a mi lado. Me agobió bastante el tema, llamé al abogado y le dije que hiciera él el escrito, y yo para no pensar me puse con un hobby, manualidades.

Tan absorbida estaba, que se me pasó el tiempo, cuando quise darme cuenta quedaban 10 minutos para que llegara mi pareja a casa y yo no había hecho la cena. Me bloqueé, y me paralicé, hacía tiempo que no tenía esa sensación y no sabía por qué ni cómo dejar de sentirme así. Volví a sentir miedo de escuchar la llave en la puerta de casa, pánico a que se abriera,… Llegó, me vio mal, y me preguntó si había pasado algo, yo respondí con miedo “me he entretenido y no he hecho la cena”. Sabe que me cuesta mucho hablar de mis problemas, y también sabe cuándo es el momento de hacerlo. Me dio un beso, y me dijo, “¿y si damos una vuelta y cenamos algo por ahí?”.

Salimos, al momento se me pasaron todos los miedos. De vuelta a casa le conté lo que me pasaba. Me explicó que no estaba conmigo para que yo hiciera lo que él quisiera, que tengo opinión, sentimientos, cosas que quiero y no quiero hacer y momentos para hacerlas o no, que no quería una mujer sometida, me quería por la persona que soy, sabía que lo nuestro iba a ser difícil por todo lo que había vivido, pero que nosotros no teníamos que complicarlo más. Que si un día llegaba y la cena no estaba hecha, que él no es manco, que nos pondríamos los dos a ello, o que siempre habría sitios donde ir.

Creo que realmente ese fue el día que comenzamos a convivir. Llevamos casi tres años viviendo junto a las niñas, él las quiere mucho y ellas a él. Cuando llega a casa lo primero que hace es darme un gran beso y decirme que me quiere, yo le pregunto qué tal el día, y siempre responde, ahora bien. Recuerdo cuando antes alguien decía “mi pareja me enseña a ser mejor persona cada día”, nunca lo entendía, una bonita frase simplemente.

Hoy lo puedo decir y bien alto, casa día me ayudas a ser mejor persona, ¡te quiero!.

lunes, 2 de diciembre de 2013

2 Amor, pareja e igualdad.

Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a "pareja igualitaria"? Bien, para ello lo primero que tendremos que hacer es definir lo que es la igualdad y la pareja, de forma que sepamos lo que es la unión de los dos términos, al menos según lo entenderemos aquí. También es necesario hablar de qué es el amor, ya que la definición es muy amplia y variada. 

Igualdad: Dentro de las acepciones posibles de igualdad nos referimos a la "Igualdad Social". Se considera como igualdad al contexto o situación donde las personas tienen los mismos derechos y las mismas oportunidades. Para ello se considera que, según el caso, se deben implementar leyes y cambios sociales que igualen los derechos y que cuiden de la no discriminación, así como rectifiquen las existentes. 

La igualdad no significa que cada persona tenga que ser igual a las demás en todo, eso se llama uniformidad y es una simplificación malintencionada confundirlas. Su verdadero significado es, como hemos visto antes, que todas las personas tienen las mismas oportunidades y derechos para ser lo que quieren ser. Muchas veces se usa las diferencias biológicas, básicas en la evolución, para justificar que la igualdad no es posible, pero realmente están refiriéndose a la uniformidad, ya que respetar la diferencia es parte de ser iguales socialmente. 

Para poder llegar a la igualdad, en una sociedad donde no todos parten de una situación igual, es necesaria como paso previo tener equidad (cualidad que mueve a dar a cada uno lo que merece según la RAE). Por ejemplo, la equidad requiere que el estado invierta dinero para que las personas de la etnia gitana tengan las mismas oportunidades que las que no lo son, ya que la sociedad tiene prejuicios sobre la misma. En una sociedad igualitaria no se puede dar las mismas ayudas a una persona que no lo necesita que a una persona que si. 

Mientras las tradiciones, la biología o la procedencia lleven a la sociedad a hacer diferencias que perjudiquen a un sector, ya sea quitándole posibilidades o dificultando su libertad, la ley tiene que compensar. Así, por ejemplo, con la violencia dentro la familia, la pareja o las exparejas el número de víctimas mortales hace que se tenga que hacer una legislación que proteja especialmente a las mujeres, a parte de campañas de sensibilización, de educar y otras acciones preventivas. Se le suele llamar discriminación positiva, aunque quizás sería mejor el término discriminación correctiva, puesto que su función es corregir.

Igualdad de género. El género es el atributo socialmente asignado a las personas según su sexo, no confundir con sexualidad, que establece diferencias entre los individuos que conforman la sociedad. Dichas diferencias no tienen por qué ser perjudiciales si no llevan a una desigualdad, que implica la incapacidad de realizar o desarrollar algo en todo su potencial. La desigualdad de género se da cuando los individuos a los que se les atribuye un género determinado no tienen acceso a posibilidades sociales de igual nivel que los individuos de otro género.

Víctimas mortales a manos de sus parejas o exparejas en España (INE)
Un ejemplo de desigualdad de género, que causa víctimas, es la violencia hacia las parejas o exparejas, que debe corregirse mediante la legislación, la educación  y la información. Podemos ver en los datos del INE las mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas en España en los últimos años, aunque no se registra si hay o no hombres víctimas, si tenemos que en todos los casos fue un hombre el causante de la muerte. Para poder valorar la diferencia que la desigualdad crea tenemos los datos de 2011, aunque las fuentes no son oficiales, en el que murieron 62 mujeres y 7 hombres, siendo culpables de todas las muertes de féminas sus parejas o exparejas masculinas, mientras que en las de ellos en dos casos la pareja o expareja fue un hombre y en los cinco restantes una mujer.

Por ello el esfuerzo debe reducir el componente sexual en la muerte a manos de las parejas o exparejas, como uno de los factores que llevan a ese tipo de crímenes. Otros factores, como la violencia cómo solución de conflictos, que en la sociedad ha crecido no solo en las relaciones de parejas, si no en todos los aspectos, según se puede ver en las noticias cada día, deben corregirse también. Esto nos ha llevado también a escribir este libro ya que pensamos que la igualdad en la pareja es contraria a que se produzca violencia contra una de las partes de la misma, mientras que la sumisión es el primer paso para recibir malos tratos.

Las mujeres son las impulsoras de la igualdad, ya que la sociedad, las leyes y las costumbres les quitaba a ellas más que a los hombres. No tenían ni derecho a votar cuando el movimiento empezó, todavía hay países donde no lo tienen. Aquello que el sexismo reservaba para las mujeres era denostado y considerado como de segunda categoría, mientras que lo designado para el hombre se consideraba éxito y triunfo. La igualdad requería tanto poner en valor aquello que se había reservado a las mujeres, como hacer ver que no era solo para mujeres y también darle la oportunidad de poder no tener esas actividades o trabajos y realizar lo que se consideraban para hombres. 

Así, la Ley Orgánica de Igualdad, que habla de la participación equilibrada de hombres y mujeres en todos los ámbitos sociales, ha sido el apoyo de las mujeres para, por ejemplo, aumentar su presencia en política, pasando España a ser uno de los países con mayor participación femenina de Europa. También en el ejercito en 20 años se ha pasado de no poder pertenecer a tener todos los puestos posibles abiertos, ocupando sitio en la mayoría de ellos. Igualmente se ha subido en los puestos directivos de las empresas, en estudios y en empleos que antes eran considerados masculinos. Aunque seguimos teniendo que trabajar, vamos por el buen camino.

Los hombres no deben ser ajenos a pedir igualdad con las mujeres, un hombre debe pedir derechos que la tradición le quita, aunque parezca increíble. Todavía hoy en día un hombre que se quede trabajando en casa mientras la mujer va a trabajar a una empresa es un mantenido. Aunque es verdad que el sexismo reserva los roles más triunfales y vistosos a los hombres, no es menos cierto que el resultado es que los hombres tienen más difícil desarrollarse completamente. Al igual que para las mujeres, la igualdad requiere que el hombre pueda hacer las actividades y trabajos que se reservaban antes a las mujeres, así como no hacer lo que se reservaba a hombres.

Un ejemplo es el de hombres trabajando en educación infantil, uno de los pocos trabajos tradicionalmente reservado a mujeres que todavía quedan, pero que poco a poco va también entrando en la igualdad. Esto es parte del rol tradicional del hombre, que dice que no puede ser sensible, que no está preparado para cuidar a los niños o las niñas de menor edad. También tenemos que trabajar para conseguir este lado de la igualdad, juntos hombres y mujeres.

Pareja: Conjunto de dos personas en una relación afectiva. Puede convivir o no y estar más o menos formalizadas legal o socialmente, dependiendo de las costumbres, ideas personales y leyes. Una pareja adulta y sana se basa en tres aspectos sobre los que se construye, el amor, la confianza y la relación sexual. Estos tres factores se complementan, aunque dos personas pueden tener sólo dos de ellos, su relación de pareja así será difícil que fructifique.

El amor se considera un sentimiento que se basa en la atracción y la admiración de una persona hacia otra. Se suele asociar el término con el amor romántico, una relación pasional y sexual entre dos personas que produce una influencia muy importante en sus vidas, que intensifica las relaciones interpersonales entre ambos sujetos, quienes desean el encuentro y la unión con quien han juzgado ser el complemento para su existencia.

Se puede aplicar también a otros tipos, como el amor platónico, que implica un amor idealizado sin contacto físico. Otro tipo de amor, que ha evolucionado del romántico en la sociedad actual, es el amor confluente, que no idealiza ni a la persona ni la relación, según el sociólogo británico Anthony Giddens. Se supone que nació como contraposición al amor romántico en la sociedad del siglo XX. En la mayoría de los casos, implica un gran afecto por alguien que ocasiona felicidad o placer al que ama. Desde el punto de vista científico el amor es la conjunción del impulso y la atracción sexual con el cariño o apego.

La pareja no es sumisión, en la sociedad antigua y por desgracia gran cantidad de personas en la sociedad actual, hay una serie de ideas distorsionadas que llevan a la sumisión de la mujer en la pareja mujer-hombre. Estos roles también se pueden trasladar a las parejas mujer-mujer u hombre-hombre, aunque no es lo normal. Las ideas distorsionadas siguientes provienen tanto de la tradición como de expresiones usadas hoy en día, incluso en otros libros.

  • Idea Distorsionada: Las mujeres pertenecen a los hombres. Tienen que obedecerles y hacerles caso. 
  • Alternativa: las personas no le pertenecen a nadie, más que a sí mismas. En una relación de pareja el poder debe estar compartido entre el hombre y la mujer (en el caso de heterosexualidad); más que obedecer, lo que se trata es de escucharse y respetarse.
  • Idea Distorsionada: El hombre es el que siempre tiene la razón en una relación. 
  • Alternativa: Si en una relación de pareja existen diferencias, éstas deben manejarse a través del diálogo y la negociación, y no imponer la opinión propia por la fuerza.
  • Idea Distorsionada: Mis ideas, mis opiniones y deseos son los que valen.
  • Alternativa: En una relación de pareja valen las opiniones y deseos de las dos personas. Piensa que si tú crees firmemente que tu opinión es la que más vale, a la otra persona puede sucederle lo mismo, tener la misma creencia. La opinión de uno/a es tan válida como la del otro/a. Es mejor compartir y debatirlas que enfrentarse y competir.
  • Idea Distorsionada: Yo voy a decidir con quién va a salir o con quién se va a relacionar mi pareja.
  • Alternativa: Las personas adultas son las que deciden con quién salen o con quién se van a relacionar. Tratar de decidir ésto por la otra persona es una forma de faltarle el respeto.
  • Idea Distorsionada: Tengo derecho a mirarle el móvil a mi pareja, su correo electrónico o su bolso para quedarme más tranquilo/a.
  • Alternativa: Lo que se trata es de tener confianza mútua. Revisar y controlar la privacidad de la otra persona es faltarle el respeto. Una relación es más sana para ambos cuando está basada en la confianza y no en el control y la supervisión.
  • Idea Distorsionada: Yo voy a decidir qué ropa se pone ella. Yo voy a prohibir que conteste al teléfono cuando le llamen las amigas o los amigos.
  • Alternativa: En una relación de pareja no deben existir imposiciones ni prohibiciones. Se trata de fomentar y lograr tener confianza entre ambos.
La sumisión es el primer paso para los malos tratos, sobre todo si la persona sumisa intenta acabar con ella. En una pareja donde la mujer es sumisa puede haber una aparente felicidad, sobre todo de él, pero en realidad la verdadera felicidad reside en la convivencia entre iguales. Un hombre que tenga una mujer sumisa termina por no valorarla, aunque muera por ella, llegando a la infidelidad, sea con otras iguales a él o con otras sumisas. Una mujer sumisa cede la posibilidad de ser feliz a lo que su pareja decida, lo será si él deja que lo sea, no lo será si no es así. El hombre en esa relación puede ser aparentemente feliz pero en realidad tiene sentimientos de soledad, ansiedad, incomprensión y sobre todo de enfado cuando las cosas no salen a su gusto.

Violencia en la pareja: Es una forma de ejercer poder mediante el empleo de la fuerza (física, psicológica, económica, sexual,…) implicando una relación desigual. Se trata de una práctica aprendida como resultado de una educación y/o socialización sexista que estimula la agresividad, competitividad y dominio sobre otros y otras, además de una supuesta superioridad del hombre sobre la mujer.

En la educación tradicional a los hombres se les educa para no hablar ni reconocer sus emociones y sus afectos, por lo que ellos no llegan a aprender la diferencia entre enojo, ira y violencia. 
  • El enojo es un sentimiento normal. Un malestar que sentimos cuando algo no sale como esperamos. Si lo mantenemos en un nivel bajo podemos manejarlo. 
  • La ira es un enojo aumentado. Es muy difícil manejar la ira y, por lo general, no medimos lo que decimos y/o hacemos. El enojo lo transformamos en ira cuando nos llenamos de pensamientos negativos. Además, si estamos muy estresados y encima sucede algo que nos enoja, lo más probable es que lo convirtamos en ira. Sustancias como el alcohol o algunas drogas también ayudan a convertir enojo en ira. 
  • La violencia es una conducta que implica una violación a los derechos humanos de las otras personas (de la persona agredida). Nos hace perder la paz interna y provocamos sufrimiento a nosotros mismos y a los demás.
Los hombres educados de forma tradicional pueden y deben aprender a reconocer  y a detener la conducta violenta. Lograrán con ello expresar lo que sienten y piensan de manera tranquila, respetuosa y no violenta. Ya hay muchos hombres educados en igualdad, o que rompieron los moldes con los que fueron educados, que lo hacen pero pasa más desapercibido. 

Para ello es necesario que los hombres vean en la renuncia de los "privilegios" machistas un beneficio para ellos mismos, una mayor libertad personal. Lograrán con ello ser más felices y tener mejores relaciones con los demás, especialmente con su pareja y familia. 


Pareja Igualitaria: Aquella pareja donde ambas partes reconocen la igualdad entre ambas y la llevan a la práctica. Las decisiones son tomadas en el seno de la pareja cuando afecta a los dos y cada parte reconoce la libertad de la otra en sus decisiones personales.

Ser una pareja igualitaria implica:

  1. Mantener una relación de pareja  donde reine el respeto a la identidad, el mantenimiento de la independencia de cada miembro así como la obligatoriedad de disfrutar de un espacio físico propio para realizar las actividades que se consideren adecuadas según el estilo personal.
  2. Para la realización de las tareas domésticas, se establecerá un reparto equitativo de las mismas, teniendo en cuenta la disponibilidad horaria y las preferencias de cada miembro de la pareja. Se evitará a toda costa la omnipresencia de la madre que delegará funciones en los distintos miembros de la familia y no se controlarán ni supervisarán las tareas una vez que estén terminadas.
  3. Las actividades deportivas, hobbies, las aficiones personales y, en general, las de entretenimiento y de tiempo libre podrán ser compartidas si hay intereses en común, de lo contrario habrá de cederse a cada miembro de la pareja su propio espacio y tiempo para que las mismas puedan ser desarrolladas, evitando conflictos y falta de equidad en este sentido.
  4. En el plano íntimo sexual, se establecerá una relación de mutua confianza y honestidad, a los efectos de que cada miembro de la pareja pueda expresar con sinceridad sus preferencias y deseos buscando en todo momento la satisfacción mutua.
  5. Que todas las actividades y funciones puedan desarrollarse conforme lo han convenido mutuamente, sin verse en la obligación de ejercer ningún rol por el sólo hecho de estar éste impuesto por la sociedad.
  6. En cuanto a la crianza de hijos e hijas es preciso educar dentro de los valores de un rol igualitario lo que significa que tanto el niño pueda aprender a hacer su propia cama, como la niña poner un clavo en la pared. Que los juguetes, normas y valores sean los mismos para niños y niñas.
Por supuesto, vivir en pareja es diferente a vivir sin pareja, puesto que las personas que viven sin pareja tienen un mayor nivel de independencia y de autonomía. El grado de diferencia será un acuerdo entre ambas partes, pero si pretendemos vivir igual a cuando estábamos sin pareja nos equivocaríamos plenamente. Al fin y al cabo, la convivencia en pareja no se diferencia del resto, siempre cuando compartimos nuestro hogar con más personas hay normas internas y acuerdos, sea la familia, piso de estudiantes o amigos/as.

Cuando convivimos con otras personas es esencial llegar a algunos acuerdos en relación con el cuidado del hogar para poder hacer las tareas de la casa. La tradición asignó a la  mujer la responsabilidad del cuidado de la casa y de la educación de los hijos, pero hoy día la igualdad pide que la situación en el seno de la familia cambie.

Hoy día, los hombres también colaboran en el cuidado del hogar y se implican en la educación de sus hijos. Es muy probable que mujeres que tienen una pareja que permanece pasiva e indiferente ante el trabajo de la casa se sientan insatisfechas, poco valoradas y desmotivadas, aún cuando hayan sido educadas de forma tradicional. Por el contrario, aquellas parejas que comparten las tareas de la casa, que disfrutan realizando planes en común y que tienen un nivel de compromiso similar tienen una calidad de vida mayor y un amor más maduro.

Fuentes: www.aprendemas.com , página oficial del INE, blog.educastur.es , www.mujeresvisibles.com , www.redjovenes.es , saludmentesana.com , rosacandel.es y archivos de prensa.