Otra historia, esta vez de una pareja que vive en igualdad, los llamaremos Joaquin y Patricia
Venimos de dos mundos muy distintos, Patricia es sudamericana y de gustos clásicos, yo soy español y progresista. Tenemos dos cosas principales en común, nos amamos y nos respetamos, pero además en muchas cosas somos parecidos, por ejemplo ambos somos muy consecuentes con lo que pensamos y decimos. Nos presentó una amiga mutua, a través de internet porque ella estaba en Bolivia y yo en España, ya que iba a venir de vacaciones. Al principio ambos pensamos que quizás podíamos ser amigos, a los pocos meses estábamos enamorados. Al final las normas legales no le dejaron venir, así que me fui yo de vacaciones a su ciudad. Sólo me hizo falta verla al bajar del avión, esperándome con una sonrisa que paralizaba mi corazón, para saber que era amor verdadero.
Ahora escribo yo, Patricia, al verlo bajar del avión mi primera impresión no fue tan buena, digamos que el largo viaje se notaba, pero al verle los ojos sentí todo el amor que había esperado los meses de contacto por internet. Me dio una sorpresa el día que me pidió oficialmente casarse conmigo, hizo todo lo posible por adaptarse a las costumbres de mi país. Tiempo después me fui a España a conocer su ciudad. Todo salió como esperábamos y decidimos vivir en España, al menos por ahora. La boda fue en Enero, también todo según las costumbres de mi religión y país.
Nuestro primer problema fue la distancia, nos llevamos un año y medio de novios pero sólo nos vimos un mes allá y un mes aquí. Así que cuando empezamos a convivir, pasamos de sólo vernos a través de la cámara por internet muy poco tiempo a la semana, a vernos todos los días la mayor parte del tiempo. Él pasó de vivir sólo y hacer lo que le daba la gana todo el día a vivir con una persona con costumbres distintas a las suyas y adaptarse a las mismas, ella pasó de convivir con su padre y su madre y trabajar la mayor parte del día fuera de casa, a vivir a miles de kilómetros de su familia y estar en paro, además de adaptarse a vivir con alguien nuevo.
Sin embargo, excepto por el problema de que ella está en paro todavía, ambos pensamos que somos felices, con la evidente pena de la distancia con su familia. Suele ser que todo el mundo pide que su pareja sea lo mejor posible, pero no se preocupa de ser la mejor pareja posible para su ser amado, así que cada cual se preocupa por ser la mejor para la otra persona. Es un equilibrio difícil, entre no dejar de ser independientes y tener nuestro espacio propio, pero ser a la vez parte de una pareja que requiere darse, pero ayuda el amor.
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