lunes, 2 de diciembre de 2013

2 Amor, pareja e igualdad.

Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a "pareja igualitaria"? Bien, para ello lo primero que tendremos que hacer es definir lo que es la igualdad y la pareja, de forma que sepamos lo que es la unión de los dos términos, al menos según lo entenderemos aquí. También es necesario hablar de qué es el amor, ya que la definición es muy amplia y variada. 

Igualdad: Dentro de las acepciones posibles de igualdad nos referimos a la "Igualdad Social". Se considera como igualdad al contexto o situación donde las personas tienen los mismos derechos y las mismas oportunidades. Para ello se considera que, según el caso, se deben implementar leyes y cambios sociales que igualen los derechos y que cuiden de la no discriminación, así como rectifiquen las existentes. 

La igualdad no significa que cada persona tenga que ser igual a las demás en todo, eso se llama uniformidad y es una simplificación malintencionada confundirlas. Su verdadero significado es, como hemos visto antes, que todas las personas tienen las mismas oportunidades y derechos para ser lo que quieren ser. Muchas veces se usa las diferencias biológicas, básicas en la evolución, para justificar que la igualdad no es posible, pero realmente están refiriéndose a la uniformidad, ya que respetar la diferencia es parte de ser iguales socialmente. 

Para poder llegar a la igualdad, en una sociedad donde no todos parten de una situación igual, es necesaria como paso previo tener equidad (cualidad que mueve a dar a cada uno lo que merece según la RAE). Por ejemplo, la equidad requiere que el estado invierta dinero para que las personas de la etnia gitana tengan las mismas oportunidades que las que no lo son, ya que la sociedad tiene prejuicios sobre la misma. En una sociedad igualitaria no se puede dar las mismas ayudas a una persona que no lo necesita que a una persona que si. 

Mientras las tradiciones, la biología o la procedencia lleven a la sociedad a hacer diferencias que perjudiquen a un sector, ya sea quitándole posibilidades o dificultando su libertad, la ley tiene que compensar. Así, por ejemplo, con la violencia dentro la familia, la pareja o las exparejas el número de víctimas mortales hace que se tenga que hacer una legislación que proteja especialmente a las mujeres, a parte de campañas de sensibilización, de educar y otras acciones preventivas. Se le suele llamar discriminación positiva, aunque quizás sería mejor el término discriminación correctiva, puesto que su función es corregir.

Igualdad de género. El género es el atributo socialmente asignado a las personas según su sexo, no confundir con sexualidad, que establece diferencias entre los individuos que conforman la sociedad. Dichas diferencias no tienen por qué ser perjudiciales si no llevan a una desigualdad, que implica la incapacidad de realizar o desarrollar algo en todo su potencial. La desigualdad de género se da cuando los individuos a los que se les atribuye un género determinado no tienen acceso a posibilidades sociales de igual nivel que los individuos de otro género.

Víctimas mortales a manos de sus parejas o exparejas en España (INE)
Un ejemplo de desigualdad de género, que causa víctimas, es la violencia hacia las parejas o exparejas, que debe corregirse mediante la legislación, la educación  y la información. Podemos ver en los datos del INE las mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas en España en los últimos años, aunque no se registra si hay o no hombres víctimas, si tenemos que en todos los casos fue un hombre el causante de la muerte. Para poder valorar la diferencia que la desigualdad crea tenemos los datos de 2011, aunque las fuentes no son oficiales, en el que murieron 62 mujeres y 7 hombres, siendo culpables de todas las muertes de féminas sus parejas o exparejas masculinas, mientras que en las de ellos en dos casos la pareja o expareja fue un hombre y en los cinco restantes una mujer.

Por ello el esfuerzo debe reducir el componente sexual en la muerte a manos de las parejas o exparejas, como uno de los factores que llevan a ese tipo de crímenes. Otros factores, como la violencia cómo solución de conflictos, que en la sociedad ha crecido no solo en las relaciones de parejas, si no en todos los aspectos, según se puede ver en las noticias cada día, deben corregirse también. Esto nos ha llevado también a escribir este libro ya que pensamos que la igualdad en la pareja es contraria a que se produzca violencia contra una de las partes de la misma, mientras que la sumisión es el primer paso para recibir malos tratos.

Las mujeres son las impulsoras de la igualdad, ya que la sociedad, las leyes y las costumbres les quitaba a ellas más que a los hombres. No tenían ni derecho a votar cuando el movimiento empezó, todavía hay países donde no lo tienen. Aquello que el sexismo reservaba para las mujeres era denostado y considerado como de segunda categoría, mientras que lo designado para el hombre se consideraba éxito y triunfo. La igualdad requería tanto poner en valor aquello que se había reservado a las mujeres, como hacer ver que no era solo para mujeres y también darle la oportunidad de poder no tener esas actividades o trabajos y realizar lo que se consideraban para hombres. 

Así, la Ley Orgánica de Igualdad, que habla de la participación equilibrada de hombres y mujeres en todos los ámbitos sociales, ha sido el apoyo de las mujeres para, por ejemplo, aumentar su presencia en política, pasando España a ser uno de los países con mayor participación femenina de Europa. También en el ejercito en 20 años se ha pasado de no poder pertenecer a tener todos los puestos posibles abiertos, ocupando sitio en la mayoría de ellos. Igualmente se ha subido en los puestos directivos de las empresas, en estudios y en empleos que antes eran considerados masculinos. Aunque seguimos teniendo que trabajar, vamos por el buen camino.

Los hombres no deben ser ajenos a pedir igualdad con las mujeres, un hombre debe pedir derechos que la tradición le quita, aunque parezca increíble. Todavía hoy en día un hombre que se quede trabajando en casa mientras la mujer va a trabajar a una empresa es un mantenido. Aunque es verdad que el sexismo reserva los roles más triunfales y vistosos a los hombres, no es menos cierto que el resultado es que los hombres tienen más difícil desarrollarse completamente. Al igual que para las mujeres, la igualdad requiere que el hombre pueda hacer las actividades y trabajos que se reservaban antes a las mujeres, así como no hacer lo que se reservaba a hombres.

Un ejemplo es el de hombres trabajando en educación infantil, uno de los pocos trabajos tradicionalmente reservado a mujeres que todavía quedan, pero que poco a poco va también entrando en la igualdad. Esto es parte del rol tradicional del hombre, que dice que no puede ser sensible, que no está preparado para cuidar a los niños o las niñas de menor edad. También tenemos que trabajar para conseguir este lado de la igualdad, juntos hombres y mujeres.

Pareja: Conjunto de dos personas en una relación afectiva. Puede convivir o no y estar más o menos formalizadas legal o socialmente, dependiendo de las costumbres, ideas personales y leyes. Una pareja adulta y sana se basa en tres aspectos sobre los que se construye, el amor, la confianza y la relación sexual. Estos tres factores se complementan, aunque dos personas pueden tener sólo dos de ellos, su relación de pareja así será difícil que fructifique.

El amor se considera un sentimiento que se basa en la atracción y la admiración de una persona hacia otra. Se suele asociar el término con el amor romántico, una relación pasional y sexual entre dos personas que produce una influencia muy importante en sus vidas, que intensifica las relaciones interpersonales entre ambos sujetos, quienes desean el encuentro y la unión con quien han juzgado ser el complemento para su existencia.

Se puede aplicar también a otros tipos, como el amor platónico, que implica un amor idealizado sin contacto físico. Otro tipo de amor, que ha evolucionado del romántico en la sociedad actual, es el amor confluente, que no idealiza ni a la persona ni la relación, según el sociólogo británico Anthony Giddens. Se supone que nació como contraposición al amor romántico en la sociedad del siglo XX. En la mayoría de los casos, implica un gran afecto por alguien que ocasiona felicidad o placer al que ama. Desde el punto de vista científico el amor es la conjunción del impulso y la atracción sexual con el cariño o apego.

La pareja no es sumisión, en la sociedad antigua y por desgracia gran cantidad de personas en la sociedad actual, hay una serie de ideas distorsionadas que llevan a la sumisión de la mujer en la pareja mujer-hombre. Estos roles también se pueden trasladar a las parejas mujer-mujer u hombre-hombre, aunque no es lo normal. Las ideas distorsionadas siguientes provienen tanto de la tradición como de expresiones usadas hoy en día, incluso en otros libros.

  • Idea Distorsionada: Las mujeres pertenecen a los hombres. Tienen que obedecerles y hacerles caso. 
  • Alternativa: las personas no le pertenecen a nadie, más que a sí mismas. En una relación de pareja el poder debe estar compartido entre el hombre y la mujer (en el caso de heterosexualidad); más que obedecer, lo que se trata es de escucharse y respetarse.
  • Idea Distorsionada: El hombre es el que siempre tiene la razón en una relación. 
  • Alternativa: Si en una relación de pareja existen diferencias, éstas deben manejarse a través del diálogo y la negociación, y no imponer la opinión propia por la fuerza.
  • Idea Distorsionada: Mis ideas, mis opiniones y deseos son los que valen.
  • Alternativa: En una relación de pareja valen las opiniones y deseos de las dos personas. Piensa que si tú crees firmemente que tu opinión es la que más vale, a la otra persona puede sucederle lo mismo, tener la misma creencia. La opinión de uno/a es tan válida como la del otro/a. Es mejor compartir y debatirlas que enfrentarse y competir.
  • Idea Distorsionada: Yo voy a decidir con quién va a salir o con quién se va a relacionar mi pareja.
  • Alternativa: Las personas adultas son las que deciden con quién salen o con quién se van a relacionar. Tratar de decidir ésto por la otra persona es una forma de faltarle el respeto.
  • Idea Distorsionada: Tengo derecho a mirarle el móvil a mi pareja, su correo electrónico o su bolso para quedarme más tranquilo/a.
  • Alternativa: Lo que se trata es de tener confianza mútua. Revisar y controlar la privacidad de la otra persona es faltarle el respeto. Una relación es más sana para ambos cuando está basada en la confianza y no en el control y la supervisión.
  • Idea Distorsionada: Yo voy a decidir qué ropa se pone ella. Yo voy a prohibir que conteste al teléfono cuando le llamen las amigas o los amigos.
  • Alternativa: En una relación de pareja no deben existir imposiciones ni prohibiciones. Se trata de fomentar y lograr tener confianza entre ambos.
La sumisión es el primer paso para los malos tratos, sobre todo si la persona sumisa intenta acabar con ella. En una pareja donde la mujer es sumisa puede haber una aparente felicidad, sobre todo de él, pero en realidad la verdadera felicidad reside en la convivencia entre iguales. Un hombre que tenga una mujer sumisa termina por no valorarla, aunque muera por ella, llegando a la infidelidad, sea con otras iguales a él o con otras sumisas. Una mujer sumisa cede la posibilidad de ser feliz a lo que su pareja decida, lo será si él deja que lo sea, no lo será si no es así. El hombre en esa relación puede ser aparentemente feliz pero en realidad tiene sentimientos de soledad, ansiedad, incomprensión y sobre todo de enfado cuando las cosas no salen a su gusto.

Violencia en la pareja: Es una forma de ejercer poder mediante el empleo de la fuerza (física, psicológica, económica, sexual,…) implicando una relación desigual. Se trata de una práctica aprendida como resultado de una educación y/o socialización sexista que estimula la agresividad, competitividad y dominio sobre otros y otras, además de una supuesta superioridad del hombre sobre la mujer.

En la educación tradicional a los hombres se les educa para no hablar ni reconocer sus emociones y sus afectos, por lo que ellos no llegan a aprender la diferencia entre enojo, ira y violencia. 
  • El enojo es un sentimiento normal. Un malestar que sentimos cuando algo no sale como esperamos. Si lo mantenemos en un nivel bajo podemos manejarlo. 
  • La ira es un enojo aumentado. Es muy difícil manejar la ira y, por lo general, no medimos lo que decimos y/o hacemos. El enojo lo transformamos en ira cuando nos llenamos de pensamientos negativos. Además, si estamos muy estresados y encima sucede algo que nos enoja, lo más probable es que lo convirtamos en ira. Sustancias como el alcohol o algunas drogas también ayudan a convertir enojo en ira. 
  • La violencia es una conducta que implica una violación a los derechos humanos de las otras personas (de la persona agredida). Nos hace perder la paz interna y provocamos sufrimiento a nosotros mismos y a los demás.
Los hombres educados de forma tradicional pueden y deben aprender a reconocer  y a detener la conducta violenta. Lograrán con ello expresar lo que sienten y piensan de manera tranquila, respetuosa y no violenta. Ya hay muchos hombres educados en igualdad, o que rompieron los moldes con los que fueron educados, que lo hacen pero pasa más desapercibido. 

Para ello es necesario que los hombres vean en la renuncia de los "privilegios" machistas un beneficio para ellos mismos, una mayor libertad personal. Lograrán con ello ser más felices y tener mejores relaciones con los demás, especialmente con su pareja y familia. 


Pareja Igualitaria: Aquella pareja donde ambas partes reconocen la igualdad entre ambas y la llevan a la práctica. Las decisiones son tomadas en el seno de la pareja cuando afecta a los dos y cada parte reconoce la libertad de la otra en sus decisiones personales.

Ser una pareja igualitaria implica:

  1. Mantener una relación de pareja  donde reine el respeto a la identidad, el mantenimiento de la independencia de cada miembro así como la obligatoriedad de disfrutar de un espacio físico propio para realizar las actividades que se consideren adecuadas según el estilo personal.
  2. Para la realización de las tareas domésticas, se establecerá un reparto equitativo de las mismas, teniendo en cuenta la disponibilidad horaria y las preferencias de cada miembro de la pareja. Se evitará a toda costa la omnipresencia de la madre que delegará funciones en los distintos miembros de la familia y no se controlarán ni supervisarán las tareas una vez que estén terminadas.
  3. Las actividades deportivas, hobbies, las aficiones personales y, en general, las de entretenimiento y de tiempo libre podrán ser compartidas si hay intereses en común, de lo contrario habrá de cederse a cada miembro de la pareja su propio espacio y tiempo para que las mismas puedan ser desarrolladas, evitando conflictos y falta de equidad en este sentido.
  4. En el plano íntimo sexual, se establecerá una relación de mutua confianza y honestidad, a los efectos de que cada miembro de la pareja pueda expresar con sinceridad sus preferencias y deseos buscando en todo momento la satisfacción mutua.
  5. Que todas las actividades y funciones puedan desarrollarse conforme lo han convenido mutuamente, sin verse en la obligación de ejercer ningún rol por el sólo hecho de estar éste impuesto por la sociedad.
  6. En cuanto a la crianza de hijos e hijas es preciso educar dentro de los valores de un rol igualitario lo que significa que tanto el niño pueda aprender a hacer su propia cama, como la niña poner un clavo en la pared. Que los juguetes, normas y valores sean los mismos para niños y niñas.
Por supuesto, vivir en pareja es diferente a vivir sin pareja, puesto que las personas que viven sin pareja tienen un mayor nivel de independencia y de autonomía. El grado de diferencia será un acuerdo entre ambas partes, pero si pretendemos vivir igual a cuando estábamos sin pareja nos equivocaríamos plenamente. Al fin y al cabo, la convivencia en pareja no se diferencia del resto, siempre cuando compartimos nuestro hogar con más personas hay normas internas y acuerdos, sea la familia, piso de estudiantes o amigos/as.

Cuando convivimos con otras personas es esencial llegar a algunos acuerdos en relación con el cuidado del hogar para poder hacer las tareas de la casa. La tradición asignó a la  mujer la responsabilidad del cuidado de la casa y de la educación de los hijos, pero hoy día la igualdad pide que la situación en el seno de la familia cambie.

Hoy día, los hombres también colaboran en el cuidado del hogar y se implican en la educación de sus hijos. Es muy probable que mujeres que tienen una pareja que permanece pasiva e indiferente ante el trabajo de la casa se sientan insatisfechas, poco valoradas y desmotivadas, aún cuando hayan sido educadas de forma tradicional. Por el contrario, aquellas parejas que comparten las tareas de la casa, que disfrutan realizando planes en común y que tienen un nivel de compromiso similar tienen una calidad de vida mayor y un amor más maduro.

Fuentes: www.aprendemas.com , página oficial del INE, blog.educastur.es , www.mujeresvisibles.com , www.redjovenes.es , saludmentesana.com , rosacandel.es y archivos de prensa.

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